El internado Película

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El Internado: Cuando el internado no es solo una escuela sino también un lugar para esconder oscuras conspiraciones

El Internado es una oscura película psicológica-familiar sobre un antiguo internado en la España rural, donde una abuela adinerada lleva a sus nietos a vivir y estudiar. Pero detrás de esa apariencia pacífica se esconde una compleja red de conspiraciones tejidas por sus propios familiares, que no se detendrán ante nada para apoderarse de su herencia.

La película se abre en un ambiente tranquilo, con cuadros clásicos y tristes, cuando la señora Dolores –una mujer experimentada, estricta pero amorosa– invita a sus familiares a vivir con ella en el colegio que fundó, con la promesa de revisar su testamento. A partir de aquí empiezan a surgir secretos.

Lo más destacado de El Internado es el modo en que construye una atmósfera sospechosa y cargada. Cada personaje tiene un exterior amable pero oculta sus propios motivos: el hijo mayor siempre es obsequioso pero en realidad manipula a su abogado personal; La sobrina, aparentemente amable, graba en secreto cada conversación; y la segunda nuera pretendía cuidar de cada pequeño detalle, mientras que en secreto ponía drogas en su bebida todas las noches.

El atractivo de la película proviene del equilibrio entre la psicología de los personajes y la tensión en cada situación. Los diálogos sugerentes, las miradas furtivas o el crujido de las puertas en mitad de la noche, todo ello provoca escalofríos en el espectador. El genio del director no consiste en apresurarse a revelar la verdad, sino en dejar que el público vaya juntando las pistas por sí mismo, dándose cuenta poco a poco de que la abuela no es tan inocente como pensaban, y tal vez es ella la que desafía a cada miembro de la familia con un "juego de ajedrez de herencia".

La actuación de la actriz principal como la Sra. Dolores es un punto destacado. Ella muestra inteligencia y frialdad, pero aún así exuda soledad y una profunda creencia en el amor familiar, algo que hace que los espectadores simpaticen y se preocupen por su destino.

El Internado no es simplemente una película sobre la herencia, sino una profunda advertencia sobre la codicia, la traición en la familia y el verdadero valor del amor. La película termina con un giro que deja atónitos a los espectadores: cuando la señora Dolores, a pesar de conocer todas las tramas, decide irse en silencio, dejando un testamento... a la única persona que nunca ha preguntado por la propiedad.