A cada quien lo suyo (1967): Cuando la verdad no es para los débiles
Basada en la novela de Leonardo Sciascia, A Cada Quien Lo Suyo es una profunda película de detectives sociales que indaga en los aspectos más oscuros de la justicia, el poder y el silencio en la sociedad del sur de Italia.
Un farmacéutico de un pequeño pueblo es asesinado tras recibir una carta amenazante anónima. Todos aceptaron rápidamente la muerte porque "todos tienen una razón para ser asesinados", excepto la profesora de secundaria Laurana. Con curiosidad e integridad, comienza a investigar, y cuanto más profundiza, más solo se encuentra en un sistema lleno de mentiras, donde la verdad es lo más peligroso.
Reflejos:
La atmósfera es tensa y sofocante: la película no tiene escenas de acción intensas, pero cada línea y cada mirada encierra un significado oculto. Los espectadores sienten el aislamiento del buscador de justicia en una sociedad que no está dispuesta a cambiar.
Una fuerte crítica a la sociedad italiana de los años 60: el director Elio Petri crea una sociedad donde la ley, la religión y la mafia trabajan juntas. En ese mundo, los rectos son los que se ven empujados al abismo.
Actuación profunda: Gian Maria Volonté como Laurana se destaca al representar a un intelectual sincero pero ingenuo que se embarca en una investigación como un pequeño peón en el tablero de ajedrez del poder.
A Cada Quien Lo Suyo es una historia de detectives intelectual y cautivadora que no sólo resuelve crímenes sino que también “rompe la fe” en la justicia ideal. La película es apta para el público amante del cine italiano clásico, profundo y contemplativo.
Una última frase:
No todos obtienen lo que merecen, especialmente cuando la verdad es algo que la comunidad no quiere ver.