La iguana con la lengua de fuego (1971)
, o L'iguana dalla lingua di fuoco, es un clásico del cine giallo italiano dirigido por Riccardo Freda. La película combina elementos de crimen, suspense y terror, sellos distintivos del género giallo, popular en Italia a finales de los años sesenta y principios de los setenta.
La trama comienza con el brutal asesinato de una mujer en una lujosa y apartada finca. La víctima es encontrada con la lengua grotescamente cortada, un detalle que se vuelve crucial para la investigación. La historia sigue al inspector John Norton (interpretado por Luigi Pistilli), detective que investiga el caso y que también lidia con su propio pasado turbulento. A medida que Norton profundiza en el caso, se revelan más asesinatos, todos conectados por una serie de símbolos inquietantes y pistas crípticas, incluyendo la iguana del título y su "lengua de fuego".
Un elemento clave de La Iguana con la Lengua de Fuego es su enfoque estilístico. La película está repleta de secuencias visuales vívidas, a menudo surrealistas, que muestran la vibrante cinematografía típica del cine giallo. Freda utiliza colores impactantes, un trabajo de cámara intrincado y composiciones sombrías para crear una atmósfera de misterio e inquietud. Este estilo visual es uno de los aspectos que definen el género giallo, con la dirección de Freda aprovechando al máximo las emociones intensas, los momentos de tensión y la narrativa caótica.
Otra característica notable es la banda sonora de la película, compuesta por el famoso compositor y cantante italiano Stelvio Cipriani. Su música complementa el tono oscuro y de suspenso de la película, realzando la sensación de misterio y terror. La inquietante e inquietante banda sonora se ha convertido en un icono desde entonces, contribuyendo a la atmósfera única de la película.
La película también se caracteriza por una trama llena de giros inesperados, típica del cine giallo, donde las pistas falsas y las pistas engañosas constantemente desorientan tanto al detective como al público. La narrativa mantiene al espectador en vilo, ofreciendo numerosas pistas falsas y dinámicas cambiantes hasta la inesperada revelación final. La identidad del asesino y los motivos de los asesinatos están profundamente entrelazados con temas de celos, traición y un oscuro y retorcido sentimiento de venganza.
A pesar de verse eclipsada por otras grandes películas giallo como Sangre y encaje negro (1964) y Rojo oscuro (1975), La iguana con la lengua de fuego ocupa un lugar especial en la historia del género. Destaca por su singular enfoque visual, el uso del color y el simbolismo, y su ritmo más lento y pausado en comparación con algunas de sus contemporáneas. Aunque la película no es tan conocida como otros clásicos giallo, se ha convertido en una película de culto entre los aficionados al género, ofreciendo una inmersión profunda en el siniestro y, a menudo, psicológicamente complejo mundo del thriller policial italiano.
Con su estilo atmosférico, su banda sonora memorable y sus giros cautivadores, La iguana con la lengua de fuego sigue siendo un ejemplo intrigante del cine giallo de principios de los años 70, que muestra la capacidad de Freda para crear un misterio atractivo y lleno de suspenso mientras explora la oscuridad de la psique humana.